EL
PAISAJE
“ La fotografía de paisajes es la prueba
suprema del fotógrafo, y a menudo, la decepción suprema”
Ansel
Adams
El paisaje, un entorno, un
lugar, un hábitat, un horizonte, una perspectiva…Casi siempre cuando uno habla
de paisaje, inmediatamente la mente nos lleva a ese lugar con vegetación,
posiblemente una cascada o río, aire fresco, flores, algo así como las fotos
tan hermosamente expuestas de Ansel Adams, el equilibrio que conlleva entre
diafragma, exposición y sensibilidad; me encontré de un de repente mirando sus
fotografías durante un largo tiempo , haciendo que la profundidad de campo me
llevase más allá de la misma imagen, sus contrastes y luz tan bien manejados no
hacen pensar a uno en el color del paisaje, sino en el mero deseo de querer
estar ahí, una fotografía casi “real” y “perfecta”, para mi hermosa pero no
atrevida o desafiante.
Pero porque no, un paisaje
también puede ser algo tan común y tan sencillo y maravillosamente pequeño que
no muchas veces tomamos en cuenta pero que ahí está a diario y que Edward
Weston encuentra esa hermosura en la sencillez de una forma y menciona una
frase “hacer de lo habitual, lo inusual”, pensemos en su enfoque y nitidez
brillantes que podemos notar en su hoja de col donde pueden percibirse a la
perfección las venas que nacen de ella y que incluso podría parecer una tela “artísticamente”
acomodada o su famoso pimiento que parece formas humanas, gracias también a las
luces que supo manejar. Lo cual me recordó a Bill Brandt cuando dijo con
respecto a la fotografía “Esto no es un deporte, no tiene reglas, debes
intentarlo todo” y creo que es cierto pero arriesgado, arriesgado a que
intentes e intentes y no más no te salga algo o que lo pruebes y de todas
maneras dentro de esas pruebas experimentas y aprendes. Su fotografía me
recuerda un poco a Weston en cuanto a
esa búsqueda de las formas, sólo que Bill, inversamente buscaba también ese
paisaje en la figura humana, brindándonos primeros planos, contrastes de
blancos y negros, profundidades de campo y desenfoques que aportan a mi ver esa
extrañeza y misterio a sus fotografías.
De repente di un salto extremo
cuando me encontré con Franco Fontana, al principio fue como el dicho “me saco
de mis casillas”, fue un terremoto (exageradamente) del confort que sentí al
mirar la fotografía Anseliana y Westonliana,
como cuando te dan tu helado de otro sabor, pero lo pruebas y al final te
gusta, esos colores saturados en sus paisajes urbanos y rurales, la
composición, el manejo del color, perspectivas y paisajes geometrizados, que la
verdad a simple vista me parecieron algo pictóricas o gráficas, pero con ese
atrevimiento y desafío que rompieron con lo bello y convencional, que muestra
la “realidad”, a comparación de las dos realezas que mencioné arriba; pues
estos paisajes, de Fontana, difieren, en
los rurales hay un contraste en el color, claramente juega con la perspectiva y
contienen mucha expresividad, pero los paisajes urbanos contienen solo sombras
de la humanidad, cierto simbolismo en ello que inquieta e interroga; me
hicieron descubrir cuan se puede experimentar con la fotografía, donde podemos romper
reglas o simplemente anular la “naturalidad” del paisaje.
El paisaje de Jem Southam me
es un poco nostálgico, quizá por la sutileza de los colores, el paisaje nublado
y sobrio, pero también es espiritual y sencillo, lo que me es agradable, me
transmite cierto misticismo, como si parte fuese real pero al mismo tiempo un
poco fantástico y la interacción que existe entre ser humano y su medio
ambiente, ya sea un ambiente rural o más urbanizado como las fotografías de Joel
Meyerowitz, que es un buen ejemplo para usar un contraste con Southam, pues
este paisaje es más “metropolitano”, más caótico, rebelde y divertido, el color
comunica y la profundidad de campo le da fuerza y actitud.
Para finalizar, creo que la
fotografía de paisaje, ya sea desde una cebolla hasta una gran ciudad, tiene su
fascinación y su dificultad, el tiempo de espera, la profundidad de campo, la
luz, contrastes, obturación, exposición, sensibilidad, pero sobretodo la relación
que tienes con este paisaje y el modo de percibirlo, pues por ejemplo no podría
concebir a Adams haciendo un trabajo como el de Fontana, posiblemente también
el lugar, tiempo y circunstancia influyan
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